"la desventura suele tener dos consecuencias: a
menudo hace que se extingan los afectos hacia los desventurados, y con no menos
frecuencia extingue en los desdichados todos los afectos hacia los demás."
Casa Penal de Turi, 13 de enero de 1930.
Queridísima
Tania:
Te
doy las gracias por las noticias de mi familia que me has hecho llegar. En
cuanto a mi estado de ánimo pienso que tú no lo has comprendido bien. Pero te
diré que para cualquiera es difícil comprender estas cosas, debido a que son
demasiados los elementos que contribuyen a formarlas y resulta casi imposible
imaginar muchos de ellos.
Tanto
más difícil resulta por consiguiente imaginar el complejo en que los mismos se
coordinan. Precisamente durante estos días leí un libro titulado De 1848 a 1861, en
el que se recopilaron cartas, escritos y documentos referentes a Silvio
Spaventa, un patriota abrucés, diputado del Parlamento napolitano en el año
1848, arrestado después de la caída del movimiento nacional, condenado a
presidio y puesto en libertad en 1859, gracias a la presión ejercida por
Francia e Inglaterra. A continuación fue ministro del Reino y una de las
personalidades más destacadas del partido liberal de derecha hasta 1876.
Me
pareció que en muchas de sus cartas expresa con el lenguaje de su tiempo, vale
decir un tanto romántico y sentimental, estados de ánimo similares a los que yo
atravieso con frecuencia. Por ejemplo, en una carta dirigida a su
padre y fechada el 17 de julio de 1857 escribe: "Hace ya dos meses que no
tengo noticias de vosotros, cuatro o acaso más meses que no las recibo de mis
hermanas y desde hace algún tiempo, de Bertrando" (su hermano) ¿Creen acaso que en un hombre como yo, que me precio de tener un corazón
afectuoso y jovialísimo, esta privación no tenga que tornárseme sumamente
dolorosa? No pienso que ahora me quieran menos quienes siempre fueron de mi
familia, pero la desventura suele tener dos consecuencias: a menudo hace que se
extingan los afectos hacia los desventurados, y con no menos frecuencia
extingue en los desdichados todos los afectos hacia los demás. No temo en
vosotros el primero de estos dos fenómenos si bien en mí, temo el segundo. Por
lo tanto, aislado como lo estoy aquí de toda relación humana y amorosa, el gran
tedio, la prolongada prisión, el temor a ser olvidado por todos, me amargan
e insensibilizan lentamente el corazón."
Gramsci en Viena |
Gramsci con su madre |
Como decía, aparte del lenguaje correspondiente al clima sentimental de la
época, el estado de ánimo es descrito con trazos de mucho relieve. Y, lo que me
conforta, el tal Spaventa no era por cierto un carácter débil, un llorón como
tantos otros. Fue uno de los pocos -una sesentona- que de entre más de
seiscientos condenados del año 1848 jamás quiso elevar demanda de gracia al Rey
de Nápoles, ni se dio a la devoción y, según escribe a menudo, se convenció
cada vez más de que la filosofía de Hegel era el único sistema y la única
concepción del mundo racional y digna del pensamiento de entonces. ¿Comprendes
pues cuál será la consecuencia práctica de esta concordancia hallada entre mis
estados de ánimo y los de un preso político del año 1848? Que ahora las mismas
se me antojarán ser un poco cómicas y burdamente anacrónicas. Han pasado tres
generaciones y nada se ha logrado en terreno alguno. Lo que era posible para
los abuelos, no es posible para los nietos -no me refiero a nuestros abuelos,
debido a que mi abuelo (nunca te lo he querido decir) fue coronel de la
gendarmería borbónica y probablemente haya sido uno de los que arrastraron a
Spaventa, antiborbón y sostenedor de Carlos Alberto- objetivamente se entiende,
pues subjetivamente, vale decir individuo por individuo, las cosas pueden
cambiar.
Esta carta debía ser para mi madre. Te ruego quieras escribirle tú, para que no se alarme al no recibir noticias mías.
Querida, te abrazo.
Esta carta debía ser para mi madre. Te ruego quieras escribirle tú, para que no se alarme al no recibir noticias mías.
Querida, te abrazo.
Antonio.
Publicado en Antonio Gramsci, Cartas desde la cárcel, Buenos Aires, Nueva Visión, 2005. Traducción de Gabriela Moner.
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Yo, que he sobrevivido
a cien lanzas
y he hecho temblar el
vientre
del desierto con uno
solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi
última batalla.
Ser cobarde en amor
equivale a estar muerto.
Thanks for sharing. My opinion about Gramsci was so different during my studies of philosophy. He was some kind of alien for me ...in contemporary philosophy and as man..very strange human being. This letter is so human, sensibile, fine..maybe I will read books from Gramsci from another view..So many years in prison..Greetings..
ResponderEliminarLas palabras de Gramsci que pusiste a modo de enunciado reflejan la desesperación y desmotivación de quien está agobiado por su condición presente. En teoría puede darse, pero la realidad de cada persona es diferente y siempre uno encuentra una pequeña luz al fondo del túnel. Y a medida que vamos saliendo de él, esa luz va invadiendo y venciendo la oscuridad. Es muy difícil, por negra que sea la noche oscura, que uno no sea objeto y sujeto de amor, es parte de la esencia del ser humano, no lo perdemos aun cuando hagamos declaración de renuncia.
ResponderEliminarUn saludo cordial Carlos.
¡Por Dios!, me ha estremecido hasta la última fibra del corazón... del alma. Me desgarra.
ResponderEliminarUn abrazo cálido, Carlos.
La degradación que provocaban las prisiones antiguas era capaz de borrar todo lo humano del hombre...
ResponderEliminarLas prisiones no han cambiado mucho, me atrevería a decir que en la mayoría de los países del mundo.
ResponderEliminarGrasci era, casi tanto o más que un teórico del marxismo, un humanista, lo que, como dices tú, Anja, lo convierte en un intelectual verdaderamente extraño a su tradición. Y aquí esa visión sobresale por encima de todas las cosas, al anotar la liquidación de casi todo lo humano a la que la prisión somete a quienes la padece. Esta mezcla de temblor espiritual, reflexión política y limpidez literaria ofrece de Gramsci una visión muy cabal de lo que, en mi opinión fue este gran hombre, al que nunca he dejado de admirar.
ResponderEliminarTheory and praxis in revolution was one of the major question in the philosopher works of Gramsci. But he has been in prison so many years, isolated from not just philosophers, but real life..So I have ask's myself how he could criticize..give advice..lot of questions..For instance his famous critic devoted to Bakunjin..check my spelling..Now when I am older after 20 years of primary studies Gramsci is certainly different man for me..!Human and deeply..devoted to his own..philosophy of life..Prison is degradation...Greetings...
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