“...Todo mi cuerpo está saturado de ti...Juntos
somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el cielo en la tierra...”
Hoy es el sábado 28 y he amanecido sin tus pies. Fue
así. Me desperté y toqué al fin de la cama una cosa durita que resultó ser la
almohada, pero después de muchas ilusiones mías. El hijo de nuestra tía se
portó indiferente, me esperaba un auto (del impresor) y marché raudo. Tu hijo
será gordo y maravilloso, tendrá 180 páginas. Y tendrá dibujitos en la frente y
trasero. Bueno, parece que mi tía no quiere que vuelva a Italia y debes
preparar tu viaje, pero con calma, como cuando comemos. Hasta ahora es así. No
sé si en el día se cambiarán las cosas. Esta mañana me llevaron a un sitio con
una tina blanca, no comprendí al principio, pero me metí, con miedo de
disolverme. Había una gran toalla, qué pérdida de trapo, en S. Angelo se
hubiera cortado en 12 y hubiera servido hasta junio 1953. Cuando me levanté y
abrí a la camarera vi que me faltaba una parte de pyjama que según me dicen se
llama pantalón. Es así: [dibujo de un pantalón.] Patoja mía estoy contento, soy
como un soldado con su retaguardia segura. No me importa el fuego. No sé si
estoy aun con mar o agua de Patoja, todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres
parte de mí, como la pirinola de su cane, sólo que tengo pirinolas tuyas hasta
en el alma. Recién me llaman, esta tarde te escribiré de nuevo, acumularé todo
el día besos para todo tu cuerpo que es interminable para mí, aunque la vida me
la pasaré besándolo no lo terminaré de besar. Desperté a las 6 ½ y a las 8
estaba vestido, son las 9 salgo a los tickets. Hay algo más importante que tu y
que yo, somos tu y yo. Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el
cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón, amor mío, con cuerpo, alma y amor.
Tuyo Tu capitán.
De su libro
Cartas de amor
(2010)
Otras
cartas de
Carta manuscrita en cuatro páginas pequeñas, con membrete del Hôtel D'Angleterre de Roma. La única indicación de fecha que tiene es “Hoy es el sábado 28”. No sabemos de qué mes, pero sí podemos colegir que es de 1952 por la alusión en clave que hace a la primera edición del libro Los versos del capitán, que apareció ese año, y que el autor dedicó a Matilde.
Pablo Neruda, Cartas de Amor, Seix Barral.
El cielo en la tierra. Quién pudiera decir otro tanto. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHay un par de párrafos sublimes, especialmente al inicio y término, pero el resto de la carta la encuentro ordinaria por lo cotidiana, como si no existiera el poeta.
ResponderEliminarEra apasionado y poeta para todo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la fotografía en que se los ve a los dos mirándose. Se palpa el amor en esas miradas.
Un abrazo, Carlos.
bueno, como dijo pessoa todas las cartas de amor son ridículas.
ResponderEliminaryo no las encuentro así... forman parte del ritual.
y me gusta esa escritura menos literaria.
los poetas son seres vulgares también, salvados por sus momentos sublimes. (creo yo)