tag:blogger.com,1999:blog-609356442335932149.post1354636731178950700..comments2023-10-17T09:45:52.745+02:00Comments on Cartas en la noche: Carta de Verónica Fierro a Carlos Morales, desde PaillacoAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/14903844542038793693noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-609356442335932149.post-862401006265659732012-07-22T17:02:38.557+02:002012-07-22T17:02:38.557+02:00No es solo que su carta esté cargada de una prosa ...No es solo que su carta esté cargada de una prosa poética admirable, es también la coherencia que existe entre su sentir y su hacer. Siempre he sido sensible a las personas que de alguna manera entregan su vida para estar al lado de los más desfavorecidos.<br />Tu gesto también te alza como ser humano.<br />Un abrazo.<br />Mercedes.Mercedes Ridoccihttps://www.blogger.com/profile/13415072870912903047noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-609356442335932149.post-63607963491257556452012-07-19T21:28:15.964+02:002012-07-19T21:28:15.964+02:00He llegado a su blog, no tengo ni idea como, pero ...He llegado a su blog, no tengo ni idea como, pero llevo dos días leyéndolo y sigo muy feliz. Muchas gracias por su trabajo, o por tener un gusto como este, del que seguiré al pendiente.Vicanoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-609356442335932149.post-90457611116513193292012-07-19T16:34:30.965+02:002012-07-19T16:34:30.965+02:00Me ha dejado sin palabras, eres un hombre con un a...Me ha dejado sin palabras, eres un hombre con un arcón cargado de historias que remueven por dentro.A chuislehttps://www.blogger.com/profile/09513160316876083099noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-609356442335932149.post-9554284050653387782012-07-19T14:44:10.013+02:002012-07-19T14:44:10.013+02:00Esta carta es un poema. ¿Y es que acaso no es lo m...Esta carta es un poema. ¿Y es que acaso no es lo mismo? Cuando la palabra delinea la vida se vuelve poema. Porque ¿qué es la poesía sino un espejo por el cual se cuela la vida, más allá de toda penuria, tristeza y dolor? Lo que ella ve es lo que sabe está en su interior y en el interior de cada uno de esos seres de casitas tan frágiles y portátiles como aquellas que danzaban entre sus sueños de niña. Y que sin embargo contenían la inmensidad del corazón.<br /><br />Su carta es como un vals que gira alrededor de la cintura de su madre, tronco mayor del que surgen todas las ramitas de que están hechos los sentimientos. Que da vueltas sobre las mismas casas de un cartón que se humedece, de un suelo que es un abrigo, de un cielo que se convierte en el refugio de los sueños, en el solar de las estrellas que no se ven. <br /><br />Su carta es un camino entre casitas sin puertas ni ventanas que aroman tristezas y soledades que ella escancia con sus sueños de niña, allí en el libro de sus anotaciones, en las páginas cansadas de su corazón. <br /><br />Qué hermoso documento sobre el dolor. que mide la esperanza que crece en la desesperanza, allí donde se arraciman las moradas chiquitas, bajas, grises y donde ella se convierte en un ventanal que da luz. Y esa señal inconmesurable de la familia, esos lentes a través de los cuales se trepaba a las nubes blancas, que perdura ante el frío implacable, la leña poca y mojada, el viento colándose, sin que nada pudiese amainar ese invierno.<br /><br />El verdadero poemas se escribe en esa alegría que Verónica es capaz de percibir, rescatar y ofrendar desde esas paupérrimas casitas donde niños como ella, siguen dibujando sus enormes sueños, en cada frisa de sus ropas húmedas, de sus cuerpos pequeñitos que van y vienen desde y hacia la fragilidad de un vivir que sin embargo se sostiene. <br /><br />Pero el poema no acaba aquí, se extiende en el destinatario de la carta. Ese Carlos a quien Verónica le escribe, porque así habrá sido de gigante su corazón que ella sabía que podía caber en él todo lo que giraba en torno su propia cintura como otra madre de tantos, levantando moradas en el viento y en el frío. Y está en esos libros enviados en la seguridad de que sus tapas servirán de ventanas abiertas y sus hojas de abrigo, y las palabras que se derraman de ellos, de sueños de un porvenir con casitas sembradas en la tierra. <br /><br />No es en vano ni el gesto de ella ni el gesto de él. Aunque no se perciba, ambos dejan la señal de lo que deberíamos ser, escriben la huella de la palabra que sana, del gesto que se vuelve arcilla para construir casas que abriguen y sentimientos que junten a todos en esa familia con la que ella nunca deja de soñar y Carlos de inventar y reinventar, en los sueños que seguimos dibujando en las nubes que se vuelven luz sobre todas las oscuridades.<br /><br />El Carlos de las cartas en la noche, del libro de las fascinaciones, del Cantar de los Cantares, el Carlos que de tanto beber la tristeza propia y ajena, se hace innumerable y a la vez frágil como las casitas de agua y de viento que siguen albergando los sueños más altos del hombre. El Carlos que siempre pervivirá en los besos de Verónica, que es debe ser para él un talismán mayor, en las correrías por los vientos fuertes de su propio vivir andariego y volantinero.Administradorhttps://www.blogger.com/profile/10790523400207907494noreply@blogger.com