Porque tú bien sabes a qué
liberación transparente de las almas, a qué libertad del Espíritu en el
Espíritu aludimos, ¡oh Papa aceptable!, ¡oh Papa del Espíritu verdadero!
Somos tus muy fieles servidores,
¡oh Gran Lama!, concédenos, envíanos tu luz en un lenguaje que nuestros
contaminados espíritus de europeos puedan comprender, y si es necesario cambia
nuestro Espíritu, créanos un espíritu vuelto por entero hacia esas cimas
perfectas donde el Espíritu del Hombre ya no sufre.
Créanos un Espíritu sin hábitos,
un espíritu cuajado verdaderamente en el Espíritu, o un Espíritu con hábitos
más puros - los tuyos - si ellos son aptos para la libertad.
Estamos rodeados de papas
decrépitos, de profesionales de la literatura, de críticos, de perros; nuestro
Espíritu está entre perros, que inmediatamente piensan a ras de tierra, que
irremediablemente piensan en el presente.
Enséñanos, Lama, la levitación
material de los cuerpos, y cómo evitar ser retenidos por la tierra.
Porque tú bien sabes a qué
liberación transparente de las almas, a qué libertad del Espíritu en el
Espíritu aludimos, ¡oh Papa aceptable!, ¡oh Papa del Espíritu verdadero!
Con el ojo interior te
contemplo, ¡oh Papa!, en la cumbre de lo interior. Es en ese interior donde me
asemejo a ti, yo, germinación, idea, labio, levitación, sueño, grito,
renunciamiento a la idea, suspendido entre todas las formas y a la espera sólo
del viento.
Hermosa carta de un espíritu atormentado que busca la libertad y la paz en las esferas más cercanas al infinito.
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