Caigo de rodillas y rezo por ti, te bendigo con la poca santidad que hay en mí. Viaja feliz, mi queridísima Brenda y no lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo.
Me gustaría poder escribirte en ruso, en azteca , en armenio y en iraní.
Porque eres ilimitada. Eres lo que los griegos llaman nada en moderación. Eres Mona, Anaïs, Lisa, tout le monde, todas combinadas. Fuego, aire, tierra, océano, cielo y estrellas.
Y ahora un hombre de 87 años, locamente enamorado de una mujer joven que me escribe las más extraordinarias cartas, que me ama a morir, que me mantiene vivo y enamorado (un perfecto amor por vez primera) que me escribe tan profundas y emocionantes reflexiones que me siento feliz y confuso como sólo un adolescente podría estarlo. Pero por encima de todo, agradecido, y afortunado. ¿Merezco realmente tan hermosos elogios como tú me dedicas? Haces que me pregunte quién soy exactamente, si me conozco en realidad y qué soy. Me tienes en el misterio. Por lo cual aún te amo más. Caigo de rodillas y rezo por ti, te bendigo con la poca santidad que hay en mí. Viaja feliz, mi queridísima Brenda y no lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo. Somos las estrellas y el universo de más allá.
Porque eres ilimitada. Eres lo que los griegos llaman nada en moderación. Eres Mona, Anaïs, Lisa, tout le monde, todas combinadas. Fuego, aire, tierra, océano, cielo y estrellas.
Y ahora un hombre de 87 años, locamente enamorado de una mujer joven que me escribe las más extraordinarias cartas, que me ama a morir, que me mantiene vivo y enamorado (un perfecto amor por vez primera) que me escribe tan profundas y emocionantes reflexiones que me siento feliz y confuso como sólo un adolescente podría estarlo. Pero por encima de todo, agradecido, y afortunado. ¿Merezco realmente tan hermosos elogios como tú me dedicas? Haces que me pregunte quién soy exactamente, si me conozco en realidad y qué soy. Me tienes en el misterio. Por lo cual aún te amo más. Caigo de rodillas y rezo por ti, te bendigo con la poca santidad que hay en mí. Viaja feliz, mi queridísima Brenda y no lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo. Somos las estrellas y el universo de más allá.
Larga vida a Brenda Venus. ¡Dios le conceda dicha, plenitud y amor eterno!
Fuente: Henry Miller,
Querida Brenda.
Seix Barral 1986
CARTAS A BRENDA VENUS
Primera carta de Henry Miller a Brenda Venus...
Segunda Carta de Henry Miller a Brenda Venus
Tercera carta de Henry Miller a Brenda Venus
Carta cuarta de Henry Miller a Brenda Venus
Quinta carta de Henry Miller a Brenda Venus
CARTAS A ANAIS NIN
Dos cartas tumultuosas de Henry Miller a Anaïs Nin
Carta de despedida de Henry Miller a Anaïs Nin
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1 comentario:
Uy..... mi admirado Miller, cada vez que publicas una de sus cartas no puedo sino imaginar a un ser humano excepcional, fuera de serie, que vivió la vida de manera tan intensa y apasionadamente como le fue posible.
Besos y abrazo.
REM
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