Edith Aron |
Querida Edith:
No
sé si se acuerda todavía del largo, flaco, feo y aburrido compañero que usted
aceptó para pasear muchas veces por París, para ir a escuchar Bach a la
Sala del Conservatorio, para ver un eclipse de
luna en el parvis de Notre Dame, para botar al Sena un barquito de papel, para
prestarle un pulóver verde (que todavía guarda su perfume, aunque los sentidos
no lo perciban).
Yo
soy otra vez ése, el hombre que le dijo, al despedirse de usted delante del
Flore, que volvería a París en dos años. Voy a volver antes, estaré allí en
noviembre. ( ... ) Pienso en el gusto de volverla a encontrar, y al mismo
tiempo tengo un poco de miedo de que usted esté ya muy cambiada, ( ... ) de que
no le divierta la posibilidad de verme. ( ... ) Por eso le pido desde ahora y
se lo pido por escrito porque me es más fácil ( ... ) que si usted está ya en
un orden satisfactorio de cosas, si no necesita este pedazo de pasado que soy
yo, me lo diga sin rodeos. ( ... ) Sería mucho peor disimular un aburrimiento.
( ... ) Me gustaría que siga siendo brusca, complicada, irónica, entusiasta, y
que un día yo pueda prestarle otro pullover.
Otras cartas de Julio Cortázar
"Carta en mano" de Julio Cortázar a Felisberto Hernández
Carta de Julio Cortázar a Edith Aron, la "Maga"
Carta de Cortázar a un señorita en París
Carta de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik
Carta de Julio Cortázar a Edith Aron, la "Maga" (Fragmento)
Grandes Obras de
El Toro de Barro
2ª Edición.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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Cuando tocó mi mano con sus dedos,
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
Shamer Khair
Detrás
de La Maga, el inolvidable personaje de Julio Cortázar, estaba Edith
Aron. Vive en Londres. Es escritora y traductora. Fuente: Amor en Carta. Recomendamos, así mismo, adentrarse en las evocaciones de Rocamadur y de Guillermo Mayr en El jinete insomne, así como repasar la entrevista a la protagonista que realizó y editó Juan Cruz en la revista Página12, que nos introduce en la compleja relación que mantuvo con el autor de La Rayuela.
Gracias a todos ellos.
Gracias a todos ellos.
1 comentario:
gracias!gracias y gracias! por publicar esto!
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