lunes, 18 de enero de 2010

Carta de Karl Marx a Jenny von Westphalen











  1. "Las pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el mágico influjo de la ausencia."



21 de junio de 1856

Querida mía:

De nuevo te escribo porque me encuentro solo y porque me apena siempre tener que charlar contigo sin que lo sepas ni me oigas, ni puedas contestarme. Por más malo que sea tu retrato, me sirve perfectamente, y, ahora, comprendo por qué perfectamente, y por qué hasta las "lóbregas madonnas", las más imperfectas imágenes de la Madre de Dios, podían encontrar celosos y hasta más numerosos admiradores que las imágenes buenas. En todo caso, ninguna de esas oscuras imágenes de madonna ha sido tan besada, ninguna ha sido mirada con tanta veneración y enternecimiento, ni adorada tanto como esta foto tuya, que si bien no es lóbrega, sí es sombría, y en modo alguno representa tu hermoso, encantador y "dulce" rostro que parece haber sido creado para los besos. Yo perfecciono lo que estamparon mal los rayos del sol y llego a la conclusión de que mi vista, por muy descuidada que esté por la luz del quinqué y el humo del tabaco, es capaz de representar imágenes no sólo en sueños, sino también en la realidad.

Te veo, siento, toda delante de mí, como de carne y hueso... el falso y vacío mundo se forma una idea superficial y equivocada de las personas. ¿Quién entre mis numerosos calumniadores y maldicientes enemigos me ha reprochado alguna vez valer para el papel de primer galán en cualquier teatro de segunda categoría? Pero es que soy así. Si esos canallas tuvieron siquiera una gota de sentido del humor, habrían garrapateado en el anverso "relaciones de producción y cambio" y en el reverso me habrían dibujado postrado a tus pies, "mire este dibujo y el otro", rezaría la inscripción. Pero los canallas son tontos y seguirán siendo necios in secula seculorum.*

La separación temporal es útil ya que la comunicación constante origina la apariencia de monotonía que lima la diferencia entre las cosas. Hasta las torres de cerca no parecen tan altas, mientras que las minucias de la vida diaria, al tropezar con ellas, crecen desmesuradamente. Lo mismo sucede con las pasiones: los hábitos consuetudinarios que, como resultado de la proximidad se apoderan del hombre por entero y toman forma de pasión, dejan de existir tan pronto desaparece del campo visual su objeto directo. Las pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el mágico influjo de la ausencia.

Así es mi amor. Al punto que nos separa el espacio, me convenzo de que el tiempo le sirve a mi amor tan solo para lo que el sol y la lluvia le sirven a la planta: para que crezca. Mi amor por ti, cuando te encuentras lejos de mí, se presenta tal y como es en realidad: como un gigante; en él se concentra toda mi energía espiritual y todo el vigor de mis sentimientos.


Adiós, querida mía, te mando a ti y a nuestras hijas miles y miles de besos.


Tu Carlos.

***
 
En 1843, Carlos Marx contrajo matrimonio con Jenny von Westphalen, una joven perteneciente a una aristocrática y reaccionaria familia prusiana a la que había conocido en su más tierna infancia. Con ella tuvo dos hijas, Laura y Eleanor, con las que aparece, junto a su gran amigo Engels, en esta última foto familiar obtenida en1864. Esta mujer, magníficamente educada por su padre, sería la infalible compañera, esposa y colaboradora de Marx durante toda su vida. Presentamos, además, una de las escasas representaciones gráficas de Carlos Marx en su juventud universitaria.
 
 
 
 
 





 
 

10 comentarios:

carmen dijo...

He leído una a una las cartas que has dejado tras el cambio acaecido en tu vida; cierto que la soledad te embarga, asi como la confusión de perderte en el camino (aunque reconozco que no sé si lo has iniciado) pero te puedo decir que me encanta las mil facetas expuestas, amigo, amante, pacifista, padre....pero sobre todo creador de vida.
Gracias por dar a conocer toda la pasión expuesta a través de tus cartas..
Un abrazo

Mucha dijo...

Hoy me has dejado sin palabras vuela un beso para vos

Clo dijo...

"El hombre es, en el sentido más literal de la palabra, un zoon politikon, no sólo un animal social, sino un animal que únicamente en la sociedad puede transformarse en un individuo."
podemos apreciar en esta representación gráfica de su juventud universitaria, sus primeros pasos de animal a hombre(bonito peinado,je)

Aira dijo...

. . .enhorabuena Señor mío, por los matices epístolares de éste hermoso sitio...la palabra escrita...será siempre el paliativo para el corazón del hombre, en las más abversas circunstancias. . .

Aira

PERSA dijo...

Esta carta me volvió de golpe a mis años de universidad, ahí la conocí y la traía escrita en un pequeño y amarillento papelito. Me alegraba tanto saber que Carlos además de ser mi tutor ético y metodológico fuera un hombre amante y pleno.
Carlos, le insisto, las pequeñas plenitudes están ahí. Después de la neblina, lo borroso, lo resbaladizo... están ahí. Hoy las volví a sentir.
Lo abrazo por si hay frío en su casa.

Clo dijo...

sabes? buceando letras aquí y allá, me encontré con un blog que tal vez desees ver. me recordó al tuyo, solo que en versión femenina y un tanto más intimista.
el enlace es: http://cartaalatardecer.blogspot.com

que tengas un bonito día.

Erótika dijo...

Pasando a saludar luegod econocer tus cartas, interesante blog volveré
besos erótikos y poétikos ..

Lucía dijo...

Hola, Carlos:
Un bello paseo al atardecer ha sido este mío, por algunas de las hermosas cartas que, de poquito a poquito, vas dejando por los rincones de tu casa.
Me he emocionado en algunas, en otras alguna frase me ha traído un recuerdo, ninguna me ha dejado indiferente. Hermosas cartas, de personajes universales, cargadas de amor y de historía.
Aunque te he de confesar que, la que he releído, ha sido la tuya a Juan Ramón. Dices tanto y te dice tanto, que casi es como entrar en la intimidad, que tan bellamente os regaláis. Gracias.
Gracias también por tus palabras en mi atardecer. Y gracias a Cloe, que ha hecho que yo también te descubra.
Casi sin hacer ruido, permíteme acompañarte.

Lucía.

Clarice Baricco dijo...

Me encanta que hayas vuelto. Ya extrañaba esta casa tan hermosa. Necesaria las cartas. Algo que disfruto muchísimo.

Un beso señor querido.

G

Anónimo dijo...

"Las pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el mágico influjo de la ausencia."
Nada mas real que sus palabras...
y yo me quedo SIN PALABRAS!